NBA | Un viaje por la mente de Melo
Les invitó a ponerse por unos minutos en la piel de una leyenda de la NBA. Imagínense siendo un joven de barrio que ha sido llamado a salir de él y triunfar en el mundo del deporte. Desde el primer momento destinado a que tu nombre se encuentre compitiendo con los mejores, como es el caso de LeBron James. Con el cual mantuvo desde muy pronto una rivalidad que quedará grabada en la historia. El talento ofensivo que tenía este jugador le ha convertido en uno de los máximos anotadores históricos de la competición, quedando claro que sin anillos ni MVP ha labrado una carrera de Hall of Fame. Y es que nadie puede negar que en algunos momentos de su carrera ha rozado el Olimpo del baloncesto y sido el ídolo de muchos niños que han crecido disfrutando de esos tiempos de Denver o Knicks. Pese a haber sido siempre muy cuestionado, las estadísticas quedan ahí para aquellos que solo han visto las últimas etapas de Carmelo. Estos últimos años parece que han borrado de la memoria de los seguidores de la NBA las grandes noches que se han vivido desde el 2003. Una brillante trayectoria no debe quedar marcada por no tener un campeonato. No sería el primer jugador que pasa al Salón de la Fama sin poseer uno, por lo que esto no debe causar polémica en el momento que suceda una vez finalice su paso por la liga.
Sus últimas etapas en la NBA no han sido para presumir de ellas. Tanto en Oklahoma como en Houston ha pasado con mucha más pena que gloria y sin haber encajado en los equipos. ¿La culpa es del jugador? No del todo. No se puede negar que lo que aporta en ataque lo resta en defensa. Algo sumado que no ha aceptado los roles que le ha intentado dar en los equipos, cosa que ha creado problemas en las rotaciones de sus entrenadores. El detonante de las críticas en OKC, más que por su impacto en la cancha venían ligadas a su extenso contrato de casi 30 millones de dólares y el mal rendimiento durante los Playoffs. Ya lo ocurrido en Rockets en todo un culebrón. Básicamente se puede traducir en que la franquicia utilizó a Anthony como cabeza de turco para explicar la mala racha que atravesaban.
Antes de dar el paseo por lo que ronda en su cabeza, quería ponernos un poco en contexto. Una vez ya conociendo la situación, será un poco más fácil explicar lo que debe de estar pesando todo esto sobre él. En las últimas semanas se han hecho virales unas imágenes en las que entrena solo en un pabellón. Los demonios de querer seguir siendo un jugador con peso en un equipo contender para poder ganar lo que no ha conseguido aún le persiguen. ¿En Rockets él de verdad se pensaba que era la estrella? Ya ha aclarado que no. En todo momento, cuando firmó por el equipo de Texas, tenía claro que tanto Harden, como CP3 y Capela estaban por delante. A su prolongada edad es cierto que sigue pudiendo afrontar un rol secundario en cualquier equipo. D’Antoni y la directiva no le dieron realmente más oportunidad de funcionar. Cosa que ha quedado más que clara en como ha continuado la temporada para ellos.
La mentalidad de Melo, desde mi punto de vista aclaro, si se ha visto afectada por la realidad. Ya se ha dado cuenta que no tiene las facilidades que tenía en su juventud, pero sabe que aún le queda baloncesto por regalar al mundo. Esas horas intentando mejorar su nivel en pabellones aislados a los Rockets son un mensaje al resto de franquicias que parece que no apuestan por él. Pienso que esos rumores de que ningún General Manager de la NBA va a contar con él no son ciertos. Cuesta creer que con un contrato por el mínimo de veterano no haya nadie interesado en sus servicios. Puede ser un refuerzo de lujo para cualquier segunda unidad y entrenador que le de confianza suficiente.
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