Opinión | ¿Es divertido ser imparable?

Supongo que la respuesta a esta pregunta es relativa. Probablemente, para la afición del equipo imparable en cuestión, sí lo sea. Y para los jugadores, claro. Ver que todo lo que planeas funciona debe ser muy satisfactorio. Aun así, he leído que los departamentos de animación de Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors tienen mucho trabajo últimamente para jalear a unas aficiones que a veces se acomodan demasiado en partidos de la regular season, acostumbrados a abrumadoras victorias y canastas imposibles (sí, existen esos departamentos, una maquinaria del espectáculo como es la NBA debe estar perfectamente ensamblada y engrasada).

Por tercer año consecutivo, y si no pasa nada raro (aunque no deberíamos adelantar acontecimientos, se ve todo demasiado claro), veremos una final Warriors-Cavs (y ojalá me equivoque, porque no me apetece nada volver a verla).

Lebron James está prácticamente imparable, liderando a un equipo al que personalmente no veo tan fuerte como en años anteriores, pero que aguanta el tipo para dar victorias a su díscolo líder. Irving, Love, Korver, Smith, Williams… a pesar de las quejas de Lebron durante la temporada, Cleveland ha llevado un buen equipo a las series. Un 4-0 en la primera ronda avala lo que digo, y la segunda serie, si Toronto no levanta cabeza, pinta igual.

En el otro lado, la hydra, el monstruo de siete cabezas, el equipo de los triples, del juego divertido, de la ausencia de duelos de egos. El equipo de Stephen Curry (que no está mostrando su mejor versión en todos los encuentros) y sus “yanisecuantos” lugartenientes. Un equipo al que no parece afectar ni la traumática ausencia de su head coach, Steve Kerr, por graves problemas de espalda. La maquinaria perfecta dentro de la otra maquinaria perfecta.

Tengo que decir que estoy viendo unos playoffs muy emocionantes. Sobre todo, por parte de Memphis-San Antonio y de Toronto-Milwaukee en la primera ronda, aunque en general me está gustando el nivel de los equipos. Me dan pena Indiana y sobre todo Portland (soy un rendido admirador de Damian Lillard), a los que les tocó bailar con las más feas. Pero… al no ser aficionado a ninguno de los dos equipos que preveo que llegarán a la Final… me asalta la pregunta que sirve de titular para este artículo. ¿Es divertido para el grueso de los aficionados ver a dos equipos que son imparables, pero que no han variado sus guiones en los tres últimos años? (quizá la incorporación de Durant en GSW trajo algo fresco, pero veo que siguen en la misma línea). Impresiona ver a la estrella de los Cavs machacar el aro delante de tres rivales como si estuviera solo, así como ver los triples de 10 metros de Curry, o sus récords de anotación (en el último partido de la primera ronda contra los Blazers, anotó 37 puntos en 30 minutos), pero… me asalta una y otra vez la duda. ¿Hay algo refrescante en esa hipotética final? ¿Veremos algo nuevo si se llegan a enfrentar de nuevo? En mi humilde opinión, veremos canastas increíbles, mates poderosos, jugadas muy elaboradas que finalizan en triples lejanos y pocas defensas férreas. El guion de los dos últimos años, vamos.

Opino que no veremos un 4-0, porque probablemente tendremos en la Final a los dos mejores equipos, uno de ellos a su mejor nivel, y el otro liderado por un James que está haciendo unos números estratósfericos, al que muchos consideran el mejor jugador del mundo, en detrimento del líder del conjunto de Oakland.

Pero… ¿realmente es divertido ser imparable? Y vuelvo a matizar ¿Lo es sin cambiar el rumbo del juego de tu equipo? La analogía que se me ocurre es la de una apisonadora. Siguiendo un camino firme, inexorable, sin variar, realizando su trabajo a la perfección, pero sin aportar nada distinto.

De momento, vamos a seguir disfrutando estas series, de los Celtics de Thomas, de los Spurs de Kawhi y Pau, de los Wizards de Wall. Queda mucho camino hasta la Final.

Y espero que sigamos divirtiéndonos.


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JavierSabe

Hijo, hermano, marido, padre, amigo. Supporter de los Bulls y del Joventut. A veces hablo de música y basket, y también escribo sobre ello. Aficionado a las zapatillas clásicas. Reebok mi marcha fetiche. B-Ball Is Hip Hop.