NBA Classics | Toni Kukoc

El baloncesto, sobretodo el americano (como muchos otros deportes) se basa en los números, estos nos hacen entender una filosofía entre la concepción de este deporte a un lado y otro del charco, y como estos (números) convierten y suben al olimpo a jugadores hasta convertirlos en estrellas.

A pesar de ello, también se tiene que destacar otros factores, como pueden ser la toma de decisiones, control absoluto de todas las situaciones que ocurren en la cancha, carisma, etc… Nunca esto se ejemplificó tanto como en el más grande, Michael Jordan.

Por eso, este artículo va sobre sensaciones y sobre un personaje.

Por eso no voy a nombrar las estadísticas de este caballero,  espigado asesino con cara de niño, que no comía muchas panteras rosas y era la sensación de Croacia.

Split (Croacia) 18 de septiembre de 1968.

2.07 m. 105 kg.

Con todos ustedes, el sr. Toni Kukoc.

Podríamos afirmar tajantemente que ha sido el único jugador de toda la historia que formado parte (de manera muy activa) del mejor equipo que ha habido en Europa con la Jugoplástika de Split y en USA con los míticos Chicago Bulls (temporada 95/96 – 72 victorias).

En la Jugoplastika Split consiguió innumerables títulos y campeonatos de Europa (Que le pregunten a los fans del Barcelona de los 80 de Norris, Epi, Jiménez, Solozábal) más paso breve por Benneton Treviso (con liga y copa en diferentes años) y mítico three-peat con los Chicago Bulls  para acabar jugando en Phila, Atlanta y Milwaukee.

Esto sería en resumidas cuentas y simplificando la carrera de Kukoc, sin contar su también exitoso paso con la selección tanto Croata como Yugoslaba.

Pero el enfoque de este artículo, como está escrito al principio , es de sensaciones no de copy/paste. Así que hablaré de estas que me produce cada vez que he visto un partido de este humilde jugador.

Mi primer contacto audiovisual con su juego, se produjo en la final de las Olimpiadas de Barcelona ’92, (este partido lo ví unos años más tarde, repetido por la televisión pública catalana, con las recordadas narraciones y apodos de Lluis Canut ) , donde EEUU , como todo el mundo sabe arrolló con su Dream Team y en la final se topó con un rival más, que ganó de menos puntos que la diferencia, poca historia más.

Pero esa final tenía muchos alicientes, Drazen Petrovic vs MJ, el principal y también como el joven Kukoc que había sido drafteado unos años antes por los Chicago Bulls (y pasaría a formar parte de su equipo dos temporadas después) recibiría una «cordial» bienvenida a base de la marca y asfixiante defensa de un tal Pippen.

MIS SENSACIONES se producen en este partido, donde la estrella croata era Drazen Petrovic (RIP) y como saben asombró a toda Europa durante mucho tiempo con su juego, anotación, dominio de pelota, carisma, etc… Pero sinceramente, de ese partido, me quedé con Kukoc.

Hacía mis primeras incursiones en el mundo de la práctica de la canasta, y mi padre, conocidos, revistas que compraba, etc. Comentaban que el mejor equipo de todos los tiempos era ese Dream Team de BCN’92 y tenía que verlo, tenia que poner rápidamente una cinta VHS a grabar esa repetición que me ofrecía C33, tenía que ver a esos cracks AMERICANOS, que obviamente me alucinaron, pero apareció ese chico alto… viendo espacios que no veía nadie, recibiendo la pelota en carrera y metiendo una rápida asistencia sin mirar pero a la vez precisa y efectiva, otra, otro espacio, un corte que nadie ve y él si y haciendo asistencias tras asistencia. Ese recuerdo lo tengo aún en la retina.

Con los años, pude hacerme con cintas de vídeo grabadas que compraba a través de un foro de baloncesto a un hombre mayor, y me iba enviando con partidos clásicos que le pedía de tal equipo o tal estrella americana. (Ahora todo esto impensable gracias a Youtube o otras páginas de descarga de partidos)

Toni Kukoc abrió paso a un prototipo de jugador que se empezó a estilar a principios del 2000 , tanto en Usa como Europa, el alero alto, jugador total, el mayor talento en bruto de la historia del baloncesto Europeo, lo tenia todo. Aunque Kukoc era de posición nata 3, también podía alternar todas los demás puestos en la cancha (exceptuando el de Pívot).

Pero de este prototipo de jugador, el más parecido que apareció en baloncesto americano fue Lamar Odom, nunca nadie consiguió llegar a tener su capacidad de pase.

Talento es la palabra que define a Kukoc, y encima sin ser muy afine a al trabajo físico como destaca en una entrevista su entrenador Zeljko Pavlicevic, » Nunca le gustó el calentamiento siempre miraba con cara de horror pero cuando tenía el primer contacto con el balón le cambiaba el rostro, era otra persona». Aunque con los años eso cambió y su cuerpo se fué transformando para poder competir mejor en la NBA y acabando jugando de 4 abierto.

Pavlicevic, también destaca de él, una faceta que no era del todo muy conocida,  «Es que más allá de ayudar a los pequeños a subir la pelota o a los grandes en el rebote teníamos un arma más importante y definitiva: que pusiera impresionantes tapones en ayuda a los pívots. Él era my listo, rápido, buen saltador y le encantaba ayudar en defensa.»

Moncho Monsalve (ex entrenador ACB) dijó de él, una vez : “Quién jugase contra Toni Kukoc sabía que tenía difícil conseguir la victoria si no le impedía hacer las dos cosas que él sabía hacer: anotar y crear. Si no querías perder debías intentar que sólo hiciera una de las dos”

Para finiquitar este artículo de opinión, donde sobretodo, quería destacar el buen gusto y sensaciones que me dio (y da, gracias a Youtube) el poder ver en una pista jugar a Toni Kukoc.

Por eso y por esta mítica frase , lo mínimo era rendir mi pequeño tributo a este humilde jugadorazo:

“Una canasta hace feliz a un jugador… una asistencia, a dos”. Toni Kukoc

Mítico partido donde Toni con 16 años se enfrenta en primera fase a una temible USA, y anota 11 de 12 triples, la grada enloquece y cada vez que Kukoc se levanta se oye un griterío ante las atentas miradas de Gary Payton, Larry Johnson, Stacey Augmon entre otros y Larry Brown en la banqueta sin saber que hacer.