El último baile de Wade

“Al final, el hombre es como el vino: la edad agria los malos y mejora los buenos”.

Cicerón

 “Con la quinta selección del draft 2003 de la NBA, los Miami Heat escogen a Dwayne Wade”. Así lo anunció David Stern en Nueva York aquel 26 de junio. La gala, toda una ceremonia de estrellas, incluyó a LeBron James, Carmelo Anthony, Chris Bosh además de futuros jugadores importantes como David West, Kirk Hinrich, Leandro Barbosa, Boris Diaw y Kyle Korver.

Seguramente vi algunos juegos de D-Wade cuando comenzó su carrera, pero los primeros partidos que guarda mi memoria son los vividos en la serie final de 2006. Por primera vez en 35 años dos equipos debutantes en finales se enfrentaban. Por un lado, los Dallas Mavericks, liderados por un superlativo Dirk Nowitzki; por el otro, Miami Heat, con Shaquille O’neal, Alonso Mourning, Gary Payton y Wade.

De los dos primeros juegos de la serie hay poco que decir, unos apabullantes Mavs que superaron 80-90 y 85-99 a los Heat. Por aquel entonces las series se jugaban con el formato 2-3-2. Así que las finales volvían a South Beach. Allí comenzaría a escribirse la leyenda.

Partido 3

Restan 15 segundos, el tablero electrónico indica que el juego está empatado a 95. D-Wade con la posesión a la altura del tiro libre, finta, gira sobre su pie de pivot y Jason Williams corta por detrás de él. ‘The white chocolate’ recibe el balón, intenta penetrar la zona pero Gary Payton está en mejor posición. Restan ahora 12 segundos, ‘el guante’ recibe en la línea de tres puntos, a 45% del aro, amaga el lanzamiento, se acerca un poco y ¡canasta!

97-95 – arriba Miami. El balón para Dallas, recibe Devin Harris que habilita a Dirk Nowitzki, el alemán ataca el aro y recibe la falta de Udonis Haslem. Dirk lanza el primero, convierte. El segundo va fuera y Wade se hace con el rebote, le cometen falta y va a la línea de tiro libre. Allí convierte el primero, falla el segundo y deja con vida a Dallas.

Un pase sobre el aro para Josh Howard cuando restaban 1,4 segundos pudo ser el empate para los visitantes, pero D-Wade interceptó el balón y Miami se quedó con la victoria. En ese entonces ‘flash’, apodado así gracias a Shaquille O’neal, supo ponerse su traje de superhéroe. D-Wade encabezó su equipo con 42 puntos y 13 rebotes. Al final, victoria para Miami 98-96.

Partido 4

El juego fue un abuso y Miami empató fácilmente la serie. D-Wade lideró de nuevo a su equipo con 36 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias. El último cuarto es aún histórico en la liga, pues Miami limitó a Dallas a 7 puntos, hasta ahora el cuarto más bajo en anotación en una final de NBA. En el partido, Jerry Stackhouse cometió una falta flagrante a Shaq por la que fue suspendido para el juego cinco. ¿El marcador final? Miami Heat 98-74 Dallas Mavericks.

Partido 5

10 segundos en el cronómetro. Miami 91 Dallas 93. Wade en el medio del campo, una pantalla de Antoine Walker obliga al cambio de marca, D-Wade está ahora emparejado con Adrian Griffin. Lo ataca, parada en dos tiempos, lanzamiento de tablero y ¡canasta! Hay prórroga en el American Airlines Arena.

En el tiempo suplementario, ‘flash’ se divierte con su velocidad y cuando queda un poco menos de dos segundos recibe una falta en lanzamiento que le otorga dos tiros libres. D-Wade los convierte y Miami obtiene la victoria y de paso la ventaja 3-2 en la serie. Otro juego histórico en el que convirtió 43 puntos y anotó 21 tiros libres en todo el juego, los mismos que todo el equipo de Dallas. Resultado final: Miami Heat 101- 100 Dallas Mavericks

Partido 6

El partido de la consagración. D-Wade brilló con 36 puntos, 10 rebotes, 4 robos, 3 bloqueos y de paso, recibió el premio MVP de las finales de la NBA 2006. Miami Heat 95–92 Dallas Mavericks. Wade cerró con clase uno de los performances más elevados que se recuerdan en la historia de las finales de la liga: 34.7 puntos por partido, 7,8 rebotes y 3.8 asistencias, el 20 de junio de 2006 llevó a Miami el primer título del equipo, la historia del big three, será para otra columna.

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D-Wade ya no es más el rápido y explosivo jugador de 24 años que llevó a Miami a su primer título, tampoco es la estrella complementaria de LeBron James de aquel bicampeonato de principios de década, sin embargo, a sus 37 años aún da muestras de esa magia que lo llevó a ser comparado con Michael Jordan. Su leyenda se expande más allá del maderamen y trasciende con su liderazgo a las nuevas generaciones. Al final, el hombre es como el vino: la edad agria los malos y mejora los buenos.

¡Gracias D-Wade! Y sí, aún podemos disfrutar de un último baile.


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