¡Vuelve NBA, Vuelve!

«Siempre tengo una pelota en el coche. Nunca se sabe.»

Hakeem Olajuwon

La celebración ni siquiera fue emotiva, no cómo lo habíamos esperado. Faltando décimas de segundos, el juez hizo sonar su silbato y decidió revisar una jugada de rutina. No hacía falta escuchar los comentaristas de la televisión, ellos, ustedes y yo, sabíamos que los Toronto Raptors eran los nuevos campeones de la NBA. Ocho meses atrás había comenzado la travesía y un día jueves, en el ombligo de la semana, se terminaba de manera abrupta, con dos estrellas lesionadas y un campeón inaudito.

Han pasado solo unos días, unos pocos y la resaca basquetera se apodera de mí. Llegar a casa y no encontrar plan, encender la televisión y no encontrar ningún juego, repetir los playoffs deja de ser divertido después de una semana y ni siquiera encender el Play Station y jugar NBA resulta suficiente. La temporada que terminó fue intensa, como un buen amor, pero como todo amor que se marcha, dejó un vacío que solo el inicio de la próxima podrá llenar.

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Kawhi Leonard celebra tras consagrarse con los Raptors de Toronto. AFP

La temporada 2018-2019 se vivió como un enamoramiento y estas fueron sus etapas:

Fusión: Es el primer momento del año, por allá en julio terminó la temporada y se habla de la siguiente, cuando ambos, la liga y el espectador se sienten atraídos. En 2018 todo era una maravilla, parecía perfecto: LeBron James anunciaba su llegada a los Ángeles Lakers, Carmelo Anthony, arribaba a los Houston Rockets, Kawhi Leonard era la nueva apuesta de Toronto Raptors por el título y Giannis Antetokounmpo, amenazaba con quedarse con el reinado en el Este. Había una fusión entre ambos, la liga que añoraba iniciar para exhibirse y entretener, y nosotros, que contábamos los días para el inicio de la temporada.

Vinculación: Plan de todos los días ver mínimo un juego, seguir las estadísticas de los jugadores favoritos y las noticias en todas las redes sociales. Es una etapa de vinculación donde se comienza a convivir, el enamoramiento fortalece el compañerismo, el espectador se acostumbra a la liga, la liga al espectador.

Convivencia: fase tres del proceso de enamoramiento. Según los especializas, “es aquí donde el amor se alimenta de compañerismo y apego”. En esta etapa, es normal que aparezcan las discusiones rutinarias, momento clave para aprender a dialogar con el otro y no caer las peleas absurdas. ¿Por qué Carmelo Anthony llegó a Houston sino tira de tres puntos?, ¿y el juego de James Harden, demasiada posesión?, ¡Es que ya no hay defensiva, jugaban más baloncesto en antaño! Discusiones de inicio de temporada que generan tensiones.

Autoafirmación: Se comienzan a balancear los intereses personales. Afirman los conocedores que “esta fase comienza del tercer al cuarto al cuarto mes. Es decir, cuando estamos por mitad de temporada. LeBron James venía de tener una lesión, la más larga de su carrera, y el escándalo de Anthony Davis y su fallido traspaso a los Lakers dieron de que hablar, hasta el punto que dilapidaron la campaña angelina. Melo, ya ha salido de los Rockets y Boston Celtics, no deja de decepcionar con su temporada. En este punto, se comienza a tener preferencias tales como los equipos que elige ver, el jugador que no soporta y por quién hinchar cuando los juegos están apretados.

Colaboración: Al llegar a esta etapa la seriedad y la sensación de confianza reemplazan la inseguridad y miedo de las fases anteriores. En otras palabras, comienza la postemporada y hay una reciprocidad única: la NBA te brinda partidos casi que a diario, en contraparte, no te pierdes ninguno. Puede existir fricción con tu pareja, amigos, familia, sobre todo si existen actividades de socialización en los horarios de partido. Es una etapa muy compleja para todo ser humano y es difícil de llevar por los seres cercanos. En este punto del año, solo la NBA importa.

Adaptación: Esta fase comienza con las finales de la NBA. El cuerpo, cronograma, calendario, sueño y demás está en función de la liga, esperar 48 o 72 horas entre partido y partido, parece ahora más un castigo que un premio y es el momento donde se consolida la relación, pero la separación pende de un hilo. Tener un campeón no deseado o una mala serie de finales puede ser motivo de discusiones por semanas, tener un ganador inédito y celebrarlo consolida la relación, aunque finalmente, como todo amor, termina en separación.

La celebración ni siquiera fue emotiva, no cómo lo habíamos esperado. Faltando décimas de segundos el juez hizo sonar su silbato y decidió revisar una jugada de rutina. No hacía falta escuchar los comentaristas de la televisión, ellos, ustedes y yo, sabíamos que los Toronto Raptors eran los nuevos campeones de la NBA. Solo unos días atrás terminó la temporada de la NBA y la resaca basquetera me afecta aún, no sé qué hacer, qué canal ver o qué libro leer. La temporada que terminó fue intensa como un buen amor, pero como todo amor que se marcha, dejó un vacío que solo el inicio de la próxima, podrá llenar.

¡Vuelve NBA, vuelve!


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