¿Recuerdas…? | Un penique por los pensamientos de Anfernee Hardaway

No debe ser fácil estar considerado “la bocanada de aire fresco” que supone entrar en la NBA al mismo tiempo que Jordan anuncia su primera retirada. Debe pesar como una losa.

Aún así, Anfernee “Penny” Hardaway (Memphis, 1971), asumió bien ese rol. Incluso aguantando los abucheos de su propia afición, que no veía en este jugador el sustituto de Chris Webber, al que el público quería en las filas de Orlando sí o sí. Con esfuerzo, trabajo y talento, acalló esos abucheos y los convirtió en cariño.

Tampoco debió ser fácil ver que la dupla que formaba con Shaquille O’Neal funcionaba tan bien, y que a pesar de ello, O’Neal decidió abandonar los Magic para ganar títulos. Fue una de las cosas que mermó mentalmente a Hardaway.

Entró en el quinteto rookie en su primer año, y en el primer quinteto ideal en el segundo (junto con O’Neal). Era un base de dos metros, y las comparaciones con Magic Johnson eran inevitables. Un juego divertido e inteligente le caracterizaban.

Nike le hizo su propia línea de zapatillas. Tyra Banks y Spike Lee se pasearon por los spots publicitarios de las Nike Penny. El de Tennessee vivía un momento dulce en todos los aspectos.

En las semifinales de conferencia del 95 ayudó a su equipo a dejar aparcados a los Bulls del renacido Jordan. Un 4-2 en esas series ampliaba la leyenda de Penny.

El siguiente año, con 60 victorias en la regular, prometía. Pero los Bulls del 72-10 los barrieron en playoffs. Después, O’Neal anunciaba su traspaso a los Lakers. Llegó el mal rollo, las declaraciones feas, el fuego cruzado.

Y llegaron las lesiones.

Seis operaciones de rodilla, y el tobillo resentido por un balazo recibido en 1991 en un tiroteo, empezaron a hacer mella en el estado mental de Hardaway. La puntilla fue el rechazo de su club en 1999, traspasando al jugador a los Suns. Como se dice vulgarmente, se quitaron el muerto de encima.

A partir de ahí, la debacle. El prometedor dúo con Jason Kidd en Phoenix no funcionó. Las rodillas de Anfernee no querían. Un fugaz paso por New York y otro por Miami, que cortó al jugador, le dieron la puntilla.

A menudo pienso en Penny Hardaway, porque soy un nostálgico. Pienso: “¿Qué pasará por su cabeza cuando vea sus videos jugando en los Magic?”. Dio otra dimensión al universo NBA, recuperó a su modo el juego divertido de Magic Johnson, tuvo a su lado a Shaq y a Horace Grant, ni más ni menos. Tuvo la gloria en la punta de los dedos. Las decepciones y las lesiones se la robaron.

No podemos hablar de un juguete roto, pero supongo que todos los que hemos visto jugar a Penny pensamos lo mismo. Que la vida y el deporte muchas veces no son justos.

Me gustaría saber lo que piensa Anfernee Hardaway. Para mí sigue siendo uno de los grandes. No podemos borrar su último periplo en la NBA, pero sí centrarnos en sus años buenos, visionar esos vídeos donde se inmortalizó su talento y seguir disfrutando.


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JavierSabe

Hijo, hermano, marido, padre, amigo. Supporter de los Bulls y del Joventut. A veces hablo de música y basket, y también escribo sobre ello. Aficionado a las zapatillas clásicas. Reebok mi marcha fetiche. B-Ball Is Hip Hop.