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NBA | Que empiece el juego.

16 octubre, 201815 octubre, 2018 apiedecancha Boston Celtics, curry, durant, Golden State Warriors, green, hayward, Kyrie Irving, NBA, Oklahoma City Thunder, philadelphia 76ers, Rozier, Schroder, Simmons, smart, Tatum, thompson, westbrook

Como todos los veranos, las noches se nos hacen largas sin la mejor competición del mundo para hacernos disfrutar cada velada de momentos únicos.

(Imagen vía: AS. – Hora peninsular.)

Por fin comienza la mejor liga del mundo, y como ya es costumbre todos los años, la organización de la NBA nos trae unos partidos muy difíciles de mejorar para compensar estos meses de espera de los fanáticos.

Comencemos analizando primero el partido de la Conferencia Este que va a enfrentar a los que se consideran junto a los Toronto Raptors los favoritos para medirse en una hipotética final a los Golden State Warriors.

Izquierda Jayson Tatum de Celtics, derecha Ben Simmons de 76ers.

(Imagen vía: NBC Sport.)

Los Boston Celtics llegan a este comienzo de temporada con una misión muy importante que cumplir: mejorar el papel que dieron la temporada pasada sin Kyrie Irving ni Gordon Hayward. Recordemos que la temporada pasada Celtics acabaron con un récord de 55-27, quedando segundos de la Conferencia y dando un papel en Playoffs que quedará en el recuerdo de todos los que lo vivimos, con un joven Jayson Tatum cargando por momentos todo el peso de la ciudad en sus hombros, el resto, ya es historia, pero en el presente, Celtics cuenta con la plantilla con mejor profundidad de la liga con nombres como Terry Rozier III o Marcus Smart.

Por otro lado los Philadelphia 76ers tienen el objetivo de terminar de cumplir el tiempo «Del Proceso» y consagrarse esta temporada como un serio aspirante a dar guerra a los Warriors. Tienen las piezas suficientes para tener el techo que ellos mismos se pongan, con un Joel Embiid que asegura que esta temporada va a ser un serio candidato al MVP, cosa que no solo ha dicho con palabras sino con increíbles actuaciones de la pre-temporada. Un Ben Simmons que viene de ganar el ROY (Mejor rookie de la temporada) y tiene potencial para prácticamente poder promediar cerca de un triple-doble con más de 20 puntos por partido. Y por último, pero no menos importantes una serie de jugadores como J.J Redick o Dario Saric, que tienen menos nombre pero cumplen un rol muy eficiente en el equipo, ayudando a las principales estrellas a tener menos peso en los partidos.

Por otro lado, tenemos el enfrentamiento en la Conferencia Oeste entre los actuales campeones de la NBA contra un equipo que siempre es candidato, pero siempre se queda a un paso de poder competir con los grandes.

Izquierda Russell Westbrook de Oklahoma, derecha Stephen Curry de Golden State.

(Imagen vía: LifeStyle Sports)

Los Golden State Warriors comienzan la temporada con una sola idea en la cabeza, ganar el tercer anillo en tres años, algo que solo se ha encontrado a la altura de los mas grandes de la historia. La plantilla de este equipo es considerada desde la temporada pasada como una leyenda del baloncesto, pero es algo que a ellos aún se les puede quedar un poco cortos. Analizando el quinteto titular de Warriors, tenemos a 3 jugadores con potencial de poder ser MVP’s como son Stephen Curry, quien puede ser el mejor tirador de triples de la historia, a uno de los mejores anotadores que ha conocido el baloncesto moderno como es Kevin Durant y uno de los más infravalorados de la liga, el escolta Klay Thompson. A esto se le suma una rotación muy interesante y un jugador con potencial de ser el DPOY (Mejor jugador defensivo de la temporada), el interior Draymond Green.

Por el otro lado, los Oklahoma City Thunder es un equipo del que la gente se esta comenzando a cansar, año tras año proponen un proyecto competitivo que en los Playoffs no termina de rendir como se espera. Tienen un equipo mucho mejor que la temporada pasada con refuerzos como Dennis Schröder o Nerlens Noel en la segunda unidad, algo que podría ser la clave para que funcione este equipo durante el tiempo de la post-temporada y aunque ganar el anillo sea una ilusión, no lo es poder dar un buen papel y dejar una mejor imagen en la retina de los espectadores.