¿Sabías qué…? | »El niño no deseado.»

En esta ocasión os vengo a hablar del escolta de los Chicago Bulls, Jimmy Butler. Pese a su fama, no todo ha sido un camino de flores en la vida de este magnífico jugador. Todos apreciamos a las grandes estrellas de la NBA y en mayor medida les tenemos envidia ya que creemos que han tenido mucha suerte en la vida, pero esto no es así. Claro ejemplo de ello es la historia de superación de Jimmy Butler.

Nacido el 14 de Septiembre de 1989, creció en Houston, Texas, careciendo de la figura de un padre y teniendo a una madre cruel. A los 13 años de edad, Jimmy fue echado de casa por el simple hecho de que a su madre no le gustaba su cara, las palabras textuales fueron: »No me gusta esa mirada, vete de una vez». Tras ese día, éste todavía no sabe la razón por la cual su madre materna tomó esa decisión tan drástica.

A esta edad lo natural es ir al colegio, jugar con tus amigos en el parque, cosas que los chicos de 13 años hacen naturalmente, pero Jimmy era un niño sin hogar, un niño que vivía en la calle y que no tenía familia. Día tras día buscaba cobijo en las casas de sus amigos, éstos le daban la necesidad de dormir y comer durante un par de días, pero no podían asegurarle un hueco seguro en sus viviendas. Vivía sabiendo que no era prácticamente nadie, agradecía cuando era acogido, pero sabía que esos espacios aportados días tras días por las familias nunca serían suyos.

Pero un día llegó a su vida Jordan Leslie, un chico que mientras paseaba por la calle conoció a Jimmy y retó a éste a un concurso de triples en la cancha de baloncesto más cercana de la casa de »los Lambert» (familia a la que pertenece Jordan Leslie). A partir de ese día ambos fraternizaron una gran amistad. Jordan conectó desde un principio con Butler y este le ofreció lo mínimo que necesita un ser humano: un techo para dormir y comida.

La madre de Jordan Leslie, Michelle, aceptó a Butler pese a que tenía siete niños más en casa y su sueldo no era de grandes dimensiones. Ésta habló con su marido y llegaron a la decisión de que Jimmy no pasaría más de dos noches en casa, las cuales posteriormente pasaron a ser tres y así sucesivamente, ya que ambos apreciaron que Jimmy Butler tenía un corazón inmenso y amaba a aquella familia por la acogida que había recibido.

A partir de ese momento Jimmy conoció y supo lo que era una familia. »Los Lambert» aconsejaron en todo a este niño no deseado, poniéndole bien claro que los estudios iban por encima de todo. Le costó mucho la adaptación, pero no era un chico problemático, ya que era una persona tímida e introvertida. Este carácter era originado por su pasado, el que le sirvió para valorar mucho más las cosas y a las personas que le querían de verdad. Jimmy Butler era ya un »Lambert».

En la temporada como senior en Tomball High School, promedió 19.9 puntos y 8.7 rebotes. Pero como venía sucediendo, no logró captar la atención de un colegio de élite. Pero para Butler esto no era problema para frustrarse, ya que había pasado por peores situaciones. Jimmy siguió peleando, fichó por Tyler Junior College y siendo freshman, ya era el líder anotador, despertando la atención de universidades como Marquette, Kentucky e Iowa State, entre otras.

Brad Ball, su entrenador en Tomball High School, contó al periódico Sun Times, que Jimmy era el chico que más tiempo pasó por el gimnasio y vio más partidos junto a él de todos los jugadores que él había dirigido.

A continuación fichó por la universiadad de Marquette, elegida mayormente por el tema de los estudios. El primer año, su entrenador Buzz Williams, lo tuvo casi toda la temporada en el banco. Éste explicó posteriormente que nunca fue tan duro con un jugador antes, ya que sabía del potencial de Butler. En su año de senior dio el salto que todos esperaban: 15.7 puntos por partido, luchaba por cada pelota dividida como si fuera la última, por fin se sentía confiado en sí mismo. Había aparcado a un lado su frustación, timidez y épocas pasadas, era un chico con energía, que disfrutaba del baloncesto, un chico con una gran fortaleza mental. Atacaba muy bien, pero también defendía espectacularmente. Había desarrollado su lado ganador.

Todo esto se lo agradeció a »los Lambert», una familia que si creyó en él. En declaraciones al Chicago Sun Times, aseguró que esta era su familia.

A consecuencia de que esta historia se haya difundido continuamente, Jimmy Butler cerró su página de Facebook, ya que decía que no quería que nadie le tuviera lástima. Para él su niñez es la que le tocó vivir.

A pesar de los muchos obstáculos que ha tenido a lo largo de su vida, Jimmy nunca se ha dado por vencido y ha conseguido lo que se ha propuesto. En la actualidad es uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo, un ídolo para muchos, un incordio para los rivales. Si él pudo, tú también puedes.

(Post vía El Rincón del triplista)


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