LEB Plata | Al Granada no hay quien le gane
He dejado pasar un buen rato porque la mala gaita no se nos ha ido a más de tres. Que sí, que esto es deporte, que el baloncesto es así y que ante un canastón como el de Milekovic solo cabe quitarse el sombrero. Es el mismo chico que nos hizo un traje en pretemporada, se lesionó entrenando, vuelve (ya se podía haber recuperado la semana que viene) y nos mete un canastón a falta de 0,9 segundos. Cayéndose, de medio lado y con dos brazos y medio encima de sus ojos.
Al Granada no hay quien le gane, esa sensación se me ha quedado. Pero no voy a hacer valoraciones negativas sobre si la técnica que le pitaron a Uge fue excesiva, si la última posesión del balón que tocó el aro tendría que haber sido para Albacete Basket o si más de dos personales que pitaron al equipo fueron ajustadas. Los granadinos tienen un equipo bestial, juegan a baloncesto en función de lo que se encuentran y si toca lanzar de tres, lo hacen. Si toca que Jesús Fernández se aproveche de sus galones, de gente con menos peso y experiencia que él, se hace. Si toca tirar de garra, se hace.
Total, que nos ganaron cuando la mitad del pabellón estábamos pensando en la prórroga. 0,9 segundos.
La sensación que me quedó es que Albacete Basket estará arriba en la clasificación y que para ganarnos tendrán que dejarse la pelleja los rivales. Pero también muchos nos quedamos con la sensación de que necesitamos centímetros y kilos bajo el aro, porque ver a Blázquez y Maldini pegarse con las torres granadinas, pues como que no. Si no hubiera sido por las personales de Elías (y porque necesita descansar), el segundo cuarto hubiera sido otra cosa, y por extensión el partido.
Albacete Basket hizo juego bonito, canastones de Mike Torres, contraataques con filigrana, Uge se soltó la melena y Davis hizo lo que se espera de él (20 puntos, 26 de valoración). El equipo defendió como acostumbra, como si no hubiera mañana y el partido podría haberse quedado en casa porque llegamos a tener 12 puntos de ventaja. Pero mira, las cosas son como son y en el último cuarto hasta 6 ataques consecutivos fallados.
El danés blanquito Seilund apenas nos dejó ver qué tipo de jugador es, aunque en defensa sí demostró que parece manchego; porque contra Granada hubo que esforzarse al máximo. De hecho en el segundo cuarto ya estábamos en bonus a falta de cinco minutos y Jesús Fernández anotó todos sus tiros libres y casi todos sus puntos en esta primera mitad. Fue el máximo reboteador de su equipo y del partido junto a Elías, ambos con 14. Porque el cubano fue el mejor del encuentro, 31 de valoración, 15 puntos, y 7 asistencias. Pero lo que hace Fernández es cosa de experiencia, ya lo dijo en el playoff de ascenso cuando algunos jugadores le preguntaron por qué a él no le pitaban faltas y a los demás sí. (Cometidas: 1. Recibidas: 7). Galones.
Decía antes lo del juego bonito porque mientras que Granada apenas repartió 8 asistencias, Albacete Basket repartió 16, movió bien el balón e hizo buenas selecciones de tiro pero cuando el aro se cierra, es jorobado abrirlo de nuevo.
El partido se pudo quedar en casa pero no tocaba, por unas cosas u otras, ahora da igual.
Eso sí, el ambiente que se ha vivido en el pabellón empieza a ser de ORO más que de PLATA, cientos de personas animando, decenas de niños coreando «Albacete«, cuando el resto de gargantas flaquearon. Y dos minutos finales que solo se pueden jugar sin perder el temple cuando eres un campeón, porque el pabellón del Parque se convirtió en una garganta única animando al equipo.
Para terminar, que no se nos olvide mirar una y otra vez el marcador hasta memorizarlo, 66/68, memorizar que, cuando crees que el partido ha acabado, puede venir un jugador con buena muñeca y destrozarte a falta de 0,9 segundos.
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