El último big three celta

«Los Boston Celtics no son un equipo, son una forma de vida»

Red Auerbach.

Buscando recuperar el reinado que perdieron con LeBron James, el legítimo rey de la Conferencia Este en la última década, los Boston Celtics presentaron temporadas atrás la versión moderna de su big three. Kyrie Irving, Al Horford y Gordon Hayward son el trío con el que esperan volver a traer la corona a casa, esa que perdieron en 2008 y que solo ganaron una vez en los últimos 33 años. Reunir tres potenciales estrellas de la liga con un mismo uniforme, aumenta las posibilidades de éxito, pero para la grandeza hace falta más que eso. Hoy, en A Pie de Cancha, recordamos cómo el último big three celta cambió la liga.

Transcurría el año 2007, los Boston Celtics cerraban la temporada con un vergonzoso récord de 24 victorias y 58 derrotas. Los años dorados quedaban atrás y ni los más acérrimos fanáticos recordaban qué era ganar. 1981, 1984 y 1986 solo estaban en la memoria, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish conformarían el último trío que había llevado la gloria a Boston. 21 años sin títulos, y contando.

En Boston visten de verde en honor a los Celtas, cerca del 16% de la población tiene ascendencia irlandesa, por eso el verde es el color de su equipo y su imagen es un duende de la mitología irlandesa denominado leprechaun, que fuma en pipa, es cascarrabias y sarcástico. Él, está acompañado de un shilleagh, el bastón de roble típico de Irlanda que le sirve de apoyo. Mejor representación de la historia del equipo no hay. En julio de 2007, Boston cambiaría de nuevo su historia y la de la liga.

El 28 de julio, Boston Celtics anunció que Ray Allen se vestía de verde; tres días después, se notificaba la llegada de Kevin Garnett, por quien se empaquetaron los derechos de Ryan Gomes, Gerald Green, Al Jefferson, Theo Ratliff, Sebastian Telfair, una primera ronda protegida (top 3) del Draft y otra primera ronda, además de dinero en efectivo. En otras palabras, querían el éxito inmediato. La NBA conocida hasta entonces se sacudió y de paso planteó una nueva manera ganar.

Big three hubo muchos: Larry Bird, Kevin McHale y Rober Parish, en Boston Celtics; Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y James Worthy, en Los Ángeles Lakers; Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman, en Chicago Bulls; Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginobili. Pero el conformado por Paul Pierce, Ray Allen y Kevin Garnett, fue el primero conformado desde la gerencia de un equipo, para la cacería del título.

Los expertos vaticinaron que el big three sería perjudicial para la liga. Un monstruo de tres cabezas que batiría todos los récords. Y los Celtics no fueron la excepción, tuvieron un regreso de 42 victorias más que la temporada anterior y los dirigidos por Doc Rivers, pasaron de 24 victorias en 2006-2007, a 66 en la 2007-2008. Liderados por el trío, y uniéndose a la fiesta un emergente Rajan Rondo, la NBA vivía una nueva manera de alcanzar el éxito: adiós lealtad, no más apuestas a los procesos, ganar y ganar ahora, creando súper equipos.

En agosto de 2012, cuando Celtics comenzó la disolución del equipo, y Miami Heat ganó su primer título con LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh, John Friel escribió para www.bleacherreport.com: “sin los Boston Celtics liderando un golpe de estado en el verano de 2008, nosotros podríamos no haber visto los súper equipos que se están formando en la actualidad”. Los Ángeles Lakers, Miami Heat, Thunder OKC, Houston Rockets y los Golden State Warriors, entre los equipos de la nueva ola. Atrás quedaron las rivalidades, la liga se movía ahora bajo el refrán: si no puedes con el enemigo, únete.

Pero hace falta más que unir a tres estrellas (Miami Heat lo comprobó en 2011). La determinación, el orden táctico y la química del equipo permitieron que al final de la temporada 2008, Boston Celtics se coronara campeón, no sin antes superar en siete juegos a los Atlanta Hawks, en siete más a Cleveland Cavaliers y en seis Detroit Pistons. La final de la liga la jugarían frente a los Ángeles Lakers, de Phil Jackson. Espectáculo de primera línea para cerrar con éxito la criticada conformación de la alineación celta. Seis juegos necesitaron para recuperar el cetro.

La garra celta volvió a ser la reina de la NBA, los Boston Celtics fueron protagonistas superando contratiempos como las lesiones de Paul Pierce o Kendrick Perkins. Lograron además, que Phil Jackson perdiera por primera vez en una final de NBA y de paso, en el juego definitivo, le dieron a los Ángeles Lakers la segunda mayor paliza en la historia de las finales de la liga: 131-92.

De aquel equipo recuerdo el liderazgo de Kevin Garnett, que ganó el premio a Jugador Defensivo del Año, el lanzamiento de seda de Ray Allen y la valentía de Paul Pierce, buscando ingresar en el Olimpo de los campeones. También recuerdo que llevó al traste los proyectos de reconstrucción desde cero, se llevó consigo la lealtad y demostró la fiereza del negocio. Al final celebré, el baloncesto le dio la razón a los Boston Celtics y demostró a los demás equipos que un par de buenos movimientos pueden ponerte en la pelea. ¿Lograrán ser campeones este año? La fase final llega en pocas semanas y en junio sabremos si como en 2008, todo es posible.


¿Eres usuario de TELEGRAM? Te invitamos a nuestro Canal de Telegram, tan solo toca el siguiente enlace: